El año pasado no se puede comparar con ningún otro año. Las prácticas laborales cambiaron de manera radical, los empleadores y los trabajadores tuvieron que reformular las normas aceptadas, al mismo tiempo que se adaptaban velozmente a un mundo incierto que cambia rápidamente.
Para evaluar el impacto actual de la pandemia de COVID-19 en los empleados, entre el 17 de noviembre y el 11 de diciembre de 2020, el ADP Research Institute entrevistó a 32 471 trabajadores en 17 países de todo el mundo, incluidos más de 8567 trabajadores informales». 1
El temor por la seguridad laboral obligó al 76 % de los trabajadores a realizar tareas adicionales o asumir una carga de trabajo mayor, ya que más de la mitad (55 %) de los trabajadores esenciales y un tercio de los trabajadores no esenciales (34 %) asumieron tareas adicionales durante la pandemia.
Las horas extra no remuneradas aumentaron a un promedio de 9,2 horas a la semana, en concordancia con un cambio a prácticas laborales flexibles (en comparación con el 7,3 de hace solo un año).
La pandemia puso de relieve problemas con pagos incorrectos y atrasados, ya que más de tres de cada cinco trabajadores (63 %) se ha visto afectado este año.
Los trabajadores están reevaluando dónde y cómo viven: el 75 % de la fuerza de trabajo global ha realizado cambios o planea cambiar su estilo de vida. Esta cifra asciende al 85 % cuando se trata de la Generación Z (18 a 24 años).
La investigación muestra que a pesar de la sensación general de optimismo en torno a la pandemia, la inquietud con respecto a la seguridad laboral domina el sentir de los trabajadores hoy en día:
No obstante:
La preferencia por el trabajo informal ha aumentado, particularmente en la región de Asia-Pacífico (17 %) y América Latina (23 %), manteniéndose estable en Europa (17 %) y disminuyendo en América del Norte (15 %).
La región de Asia-Pacífico ocupa el primer puesto en el mundo de mayor cantidad de horas extra no remuneradas, con un promedio semanal de 9,9 horas.
El optimismo con respecto a los próximos cinco años en el lugar de trabajo fue más bajo en Europa, con un 71 %, y más alto en la región de Asia-Pacífico, con un 90 %, y América Latina; con un 85 %.
El temor por la inseguridad laboral ha obligado a tres cuartas partes a asumir tareas adicionales o trabajar más horas, especialmente en la región de Asia-Pacífico (39 %) y América Latina (34 %), pero menos en Europa (21 %) y América del Norte (27 %).
La región de Asia-Pacífico ocupa el primer puesto en el mundo de mayor cantidad de horas extra no remuneradas, con un promedio semanal de 9,9 horas.
Los trabajadores de Chile fueron los que tuvieron más probabilidades (61 %) en América Latina de recibir un aumento de sueldo o un bono por asumir responsabilidades adicionales debido a la pérdida de puestos de trabajo a causa del COVID. Esto se compara con el 56 % de Brasil y el 54 % de Argentina.
El informe destaca que para muchas personas, tener que lidiar con sus diversas necesidades personales y, al mismo tiempo, cumplir con sus requisitos laborales ha sido complicado y las luchas son constantes en todo el mundo. El mayor desafío fue conservar la salud, seguido por la necesidad de satisfacer las necesidades laborales y familiares, controlar el estrés, mantener la productividad y gestionar las cargas de trabajo. En todas las regiones, excepto en la región de Asia-Pacífico, el manejo del estrés es un desafío mayor para las mujeres que para los hombres, algo a lo que los empleadores querrán estar particularmente alerta.
Para atravesar los múltiples desafíos y oportunidades expuestos por la pandemia, el liderazgo será tan importante como escuchar y aprender en todos los niveles. Una cultura organizativa dinámica que busque la forma de reducir el estrés y la ansiedad será vital para la creación de las condiciones adecuadas para que los trabajadores y toda la empresa sobrevivan y prosperen.
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